martes, 9 de julio de 2013

Patología por calor asociada a práctica deportiva: la prevención es la meta

Patología por calor asociada a práctica deportiva: la prevención es la meta.

                                                                                                     
El ser humano muestra gran adaptabilidad a las condiciones climáticas extremas,  aunque los atletas nos empeñamos en realizar nuestras prácticas al margen de las recomendaciones sanitarias... Debido al calor se generan multitud de lesiones en algunos casos con resultado de muerte, siendo en el caso de los deportistas jóvenes  la segunda causa de muerte relacionada con el deporte, por este motivo es más que necesario formarse sobre este aspecto.

¿Cómo generamos calor?

La temperatura corporal depende fundamentalmente de la producción de calor por parte de nuestro metabolismo y de la pérdida de calor por el contacto con el medio ambiente. Habitualmente hablamos de pérdida de calor, pero nos podemos encontrar lugares o situaciones donde lo que hagamos sea ganar calor.
La ecuación que define el calor corporal es:
Calor Corporal = Metabolismo +[( Conducción +Radiación + Convección - Evaporación)]
Calor Corporal = M +[ ( K + R + C - E)]
Los tres primeros, conducción, radiación y convección, los consideramos mecanismos de ganancia o pérdida de calor seco, mientras que la Evaporación sería calor húmedo. La radiación consigue disipar el 65% de calor corporal siempre y cuando la temperatura ambiente sea menor que la corporal. Por otro lado, la evaporación sólo produce  pérdida de calor que es llevada a cabo a través de la transpiración y la formación del sudor.
En aquellas zonas geográficas donde la temperatura ambiente supera a la corporal, el único mecanismo que tenemos para perder calor es la sudoración. Es importante además tener en cuenta que el sudor que gotea no produce una pérdida de calor importante llevándonos tan solo a la deshidratación...

Respuesta fisiológica al calor

Hallamos dos tipos de respuesta:
Adaptación rápida al calor: mediada por el hipotálamo, concretamente la región anterior, produciendo un aumento de flujo sanguíneo a la piel, es decir periférico, aumentando el número de glándulas sudoríparas que " trabajan" y aumentan su capacidad de producir sudor. Esto se consigue mediante la implicación de las fibras parasimpáticas. La producción de 1 litro de sudor conlleva la pérdida de 600 Kcal de calor.
De este modo, el aumento de flujo sanguíneo a la piel hace "trabajar" más al corazón bombeando sangre más veces, es decir, se produce taquicardia refleja y aumenta el gasto cardíaco a razón de 3 L/ min por cada grado de elevación de temperatura corporal.
Respuesta tardía al calor: ¿Cómo nos adaptamos? La adaptación resulta más fácil si se practica habitualmente deporte en ambientes cálidos. En cuanto ocurre esta adaptación se produce sudoración a temperaturas más bajas, volviéndonos más eficientes en la disipación de calor. Por otro lado la aldosterona elimina menos sodio en la orina y sudor, con su consiguiente ahorro de esta sal y su correspondiente efecto osmótico.
Esto produce, respecto a la adaptación rápida al calor:
- Disminución de la frecuencia cardíaca.
- Disminución de la temperatura corporal.
- Aumento del volumen plasmático con la posible aparición de cierto grado de anemia dilucional o caídas del hematocrito de un par de puntos respecto al periodo invernal.
Para que esta adaptación sea posible se necesitan al menos 14 días de exposición al calor en periodos de al menos una hora al día, cediendo esta adaptación en cuanto cesa el calor.

¿Por qué estamos expuestos los deportistas a la patología por calor?

Los deportistas presentamos el principal factor de riesgo para este tipo de lesión, que es la producción de calor mediante la actividad física, pudiendo elevar la temperatura corporal hasta 0,3ºC/ minuto. Por otro lado, nos sometemos a sesiones de entrenamiento o competición en horas y ambientes excesivamente calurosos y, por si fuera poco, presentamos durante la práctica deportiva mayor o menor grado de deshidratación, lo que disminuye la capacidad para eliminar calor. Si además el deportista está tomando algún fármaco por enfermedades como la hipertensión o es consumidor de drogas, los riesgos se multiplican hasta límites insospechados.

Manifestaciones clínicas ¿Qué cuadros me puedo encontrar?

Existen varios cuadros clínicos que nos podemos encontrar en nuestro día a día con el calor.
EDEMA POR CALOR: Hinchazón de pies y manos por exposición al calor agudo. Es benigno y poco trascendente pudiendo ser muy útiles las prendas compresivas.
EXANTEMA POR CALOR: Inflamación aguda de los conductos sudoríparos con ruptura de dichos conductos tras su dilatación. Se caracteriza por la piel roja y picor, pudiendo ser tratado con antihistamínicos y medidas generales.
SÍNCOPE POR CALOR: Cuadro de pérdida de tono muscular y consciencia secundario a una hipotensión postural por vasodilatación periférica,  con disminución del tono vasomotor, líquido circulante y volemia de modo relativo. En este caso, su aparición obliga a descartar otras causas de síncope como son los neurológicos, cardiológicos, metabólicos, infecciosos etc.
CALAMBRES POR CALOR: Se trata de contracciones dolorosas, espasmódicas e involuntarias de nuestra musculatura esquelética. La teoría más aceptada para la génesis de estos es que son secundarios a déficit relativo de sodio, potasio y líquido a nivel intracelular.
La producción de sudor obliga a eliminar sodio y si no conseguimos reemplazar el mismo producimos una hiponatremia que podemos agravar si tan solo ingerimos agua. Esto, por otro lado, también implica al calcio debido a su papel durante la contracción muscular y las bombas de sodio/ potasio ATPasa.... La disminución en la concentración de potasio, la hipocalemia, también contribuye en este cuadro. Si nos vemos sorprendidos por calambres por calor...ya estamos en mala situación, así que para, come, bebe, repón el sodio y potasio y vete pensando en no forzar....Aquí cobra un papel importante las bebidas formuladas para deportistas.
GOLPE DE CALOR: Caracterizado por la triada hiperpirexía, es decir, elevación de temperatura corporal pudiendo llegar a 40-42ºC, disfunción del sistema nervioso central con alteración del nivel de conciencia y conductas llamativas entre otros y anhidrosis, ausencia de sudoración aunque esta última no siempre está presente. Existe el llamado golpe de calor clásico y el golpe de calor por esfuerzo, que en el fondo en su manejo no se diferencian ni en su tratamiento.
Este extremo es una emergencia médica y siempre hay que tratar comenzando con las medidas de soporte vital básico si precisa, junto a manejo precoz hospitalario tanto de fluidoterapia y alteraciones metabólicas como de técnicas de enfriamiento.
Lo importante en esta entidad es la prevención  así que nos debemos plantear una serie de preguntas:
¿Estamos aclimatados al calor?
¿Estamos Bien Hidratados antes de la Salida?
¿Cuánto tengo que beber durante la prueba y cómo?
¿Qué hago si noto estos síntomas?
Sólo nosotros sabemos si estamos aclimatados al calor. Si hemos estado expuestos al calor al menos una hora al día haciendo actividad física moderada durante más de 14 días, seguro que estamos adaptados. Sin embargo, ojo con esta adaptación ya que existen ciertos actos de nuestra vida que pueden romper la adaptación tardía al calor, como puede ser la ingesta de alcohol, la ingesta de alimentos diuréticos o la toma de fármacos. Si estamos siguiendo algún tratamiento basado en diuréticos, beta bloqueantes, antagonistas del calcio, fármacos psicotropos, neurolépticos, etc … debemos consultar muy bien antes de enfrentarnos al calor.
Si detectamos en nosotros mismos estos síntomas o los vemos en un compañero, debemos ceder la actividad deportiva, buscar lugares frescos, hidratarnos con bebidas con contenido en minerales -fundamentalmente sodio- y buscar asistencia sanitaria, ya que en ocasiones tan solo será posible para la hidratación y reposición electrolítica así como el tratamiento de los trastornos del equilibrio Ácido- Base la vía intravenosa.