viernes, 28 de febrero de 2014

Fracturas por estrés

Fracturas por estrés, una plaga en alza para el corredor de montaña

Hay cientos de lesiones que nos podemos realizar cuando salimos a correr por la montaña, pero las fracturas por estrés están aumentando entre la población de corremontes, a pesar de que se pueden evitar fácilmente.
Jueves, 27 de Febrero de 2014 - Actualizado a las 10:52h.
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Fracturas de estrés, una plaga para el corredor de montaña
Fracturas de estrés:

Miles de golpes cada día de entrenamiento. Correr por la montaña es un ejercicio muy sufrido para nuestro cuerpo, ya que cada zancada supone forzar tejidos y huesos, algo que , repetido de forma continuada es lo que nos acaba llevando a nuestro mayor temor: sufrir una lesión que nos tenga en el dique seco.
Cuando hablamos de lesiones óseas, a todos nos viene a la cabeza las típicas roturas de hueso derivadas por caídas o golpes, pero no todas las fracturas óseas se dan por estas razones y cada vez son más habituales las fracturas por estrés, algo que comprenderemos mejor cuando sepamos de qué se trata.
Se considera fractura a la falta de continuidad en una estructura ósea. En la mayoría de los casos, estas fracturas son consecuencia de acciones traumáticas. En el caso de las fracturas por estrés, el resultado viene dado por una reiteración prolongada y repetitiva de fuerzas o micro traumatismos de bajo impacto.
Es decir, que esa pequeña molestia en la planta del pie o en la tibia, que poco a poco y día a día nos va doliendo un poco más, se puede acabar convirtiendo en una fractura por estrés, ya que nuestro organismo no es capaz de recuperar a tiempo el daño que le vamos ocasionando, llegando a convertirse en un problema que nos puede dar más de un quebradero de cabeza.
Aunque hay principalmente dos tipos de fractura por estrés, la que más nos interesa a os corredores es la fractura por fatiga, en la que el hueso, al ser sometido a fuerzas demasiado fuertes, se va debilitando hasta que no puede aguantar más y sufre la fractura.
Lo más importante para evitar una fractura por estrés es escuchar a nuestro cuerpo; un daño de este tipo no aparece de un día para otro, sino que el dolor asociado comienza siendo una pequeña molestia, por lo que en la mayoría de las ocasiones, seguimos con la actividad física como si nada pasara.
Por ello, es importante conocer el ciclo por el que una molestia se acaba convirtiendo en una fractura por estrés; los síntomas son, principalmente, un dolor que va en aumento cada vez que salimos a correr, con la zona enrojecida y, en casi todas las ocasiones, con la aparición de una inflamación.
Si creemos que podemos estar en proceso de sufrir una fractura por estrés, lo principal es acudir al médico, que será el que nos pueda diagnosticar el problema con mayor seguridad y precisión, aunque a veces esta lesión puede ser confundida con otros problemas relacionados con los músculos.
Si ya la hemos sufrido, será el especialista el que nos recomiende un proceso de recuperación acorde al grado de daño, que siempre consistirá en un periodo de reposo activo con actividades menos “dañinas”, como natación o bicicleta, además de terapia de rehabilitación. Una vez recuperados, lo ideal es identificar la fuente del problema para solucionarlo, algo que se podrá conseguir con un estudio de la pisada y de la técnica de carrera.
Pero como todo, la prevención será la mejor receta para no llegar a sufrir estos problemas. Lo principal es que, como en cualquier caso, al sentir una molestia que se repite durante dos o más sesiones de entrenamiento, lo ideal es acudir al especialista para que evalúe el alcance de nuestro problema antes de que sea demasiado tarde.
Hay ciertos comportamientos que parecen comunes a las apariciones de fracturas por estrés, como puede ser un incremento en la distancia, intensidad o frecuencia con la que realizamos una actividad deportiva, no respetar los periodos de descanso, correr más regularmente sobre superficies más duras, como asfalto, o una técnica de carrera deficiente, así como el uso de un material inadecuado a la actividad que estemos realizando.
Tampoco nos debemos olvidar de fortalecer los músculos, que al fin y al cabo son los que sostienen los huesos. Serán los encargados de absorber los impactos de forma que el trauma para el hueso sea mucho menor y que este no sufra más de la cuenta. Y por supuesto, un buen aporte de minerales y nutrientes esenciales a través de la alimentación también será clave para la salud de nuestros huesos.

viernes, 21 de febrero de 2014

alimentacion ,antes, durante y despues del entrenamiento.

Alimentación antes, durante y después del entrenamiento

Una alimentación correcta es fundamental para conseguir un buen rendimientofísico. Los horarios y tipo de alimentación dependerán de varios factores. El tipo de deporte, la intensidad, la tempertura etc…Pero por regla general para deportes aeróbicos(correr, ciclismo etc), podemos establecer que:
Antes del entrenamientobarra-de-cereales
Debemos llegar al momento del entrenamiento con nuestrosdepósitos de energía llenos, por tanto, debemos alimentarnos contiempo suficicente para permitir la asimilación de los nutrientes. Una alimetación adecuada, deberá constar de hidratos de carbono,proteinas, hidratación abundante y que sea baja en grasas para evitar digestiones pesadas.
Los hidratos han de ser de asimilación lenta (IG medio – bajo). no toméis alimentos con exceso de azucar, pues pueden producir un efecto rebote y dejaros sin energías en el momento de entrenar.
Lo mejor, son los cereales, pan integral, o incluso algún preparado específico (barritas, batido etc). El momento de consumirlos es entre 1 – 1:30 horas antes de entrenar. Es importante llegar bien hidratado, lo mejor en estos momentos es el agua.
Durante el entrenamientosport-drink-iso-bebida-isotonica
Si la duración del entrenamiento es elevada, quizá debamos complementarnos con algún aporte extra. En estos momentos sí es necesario tomar alimentos ricos enazúcares de rápida asimilación.
En este caso las bebidas energéticas cumplen su labor por partida doble, proporcionando sales minerales e hidratos (azucar) de rápida asimilación que necesitaremos en ese momento.
Si el esfuerzo es muy prolongado, como puede ser una carrera de larga distancia (+2 horas) o una marcha ciclista (3 – 4 horas), podremos necesitar una aporte extra, como un gel etc…
En este caso lo mejor es consumir los productos antes de que la sensación de hambre o el desfallecimiento aparezcan. Consumirlos poco a poco e hidratarnos bien.
En particular, si somos ciclistas, podemo llevar algún gelbarrita energética o bidón con bebida isotónica. Si nuestra bicicleta, lo permite, podemos llevar 2 bidones, uno con agua y otro con bebida isotónica y alternar entre uno y otro.
Post entrenamientoSobres Recovery
Una vez hemos terminado nuestro entrenamiento, nuestro organismo comienza la recuperación del entrenamiento. Es el momento de recargar energías y reparar las fibras musculares. Por lo tanto los alimentos más recomendables son los hidratos de carbono, las proteínas, las sales minerales y vitaminas.
Fruta como plátanos, pasas, cereales, pavo, pollo o un recuperador específico y aguaes la mejor manera de dar a nuestro organismo los componentes que ha consumido en el ejercicio.
Es importante, saber que hay una ventana de tiempo en la que es mejor tomar dichos alimentos, y esta es entre los 30 – 45 minutos depués de finalizado el ejercicio. Consumiendo los alimentos en esa ventana de tiempo, conseguimos que lleguen en el momento más adecuado.
 Resumen.
Alimentarse correctamente antes de iniciar el entrenamiento con alimentos de asimilación lenta, durante el entrenamiento con hidratos de absorción rápida y después del entrenamiento con hidratosproteínas, sales y vitaminas. El agua en todo momento es esencial, sobretodo si el esfuerzo es prolongado o hace mucho calor.

Indice glucémico (IG) de los alimentos

Alimentarse correctamente es importante, sobretodo, si practicamos deporte y queremos llegar con las máximas energías a cada entrenamiento. Llegar sin energías o con sensación de apetito, o con el estómago pesado es sinónimo de un mal entrenamiento.
Por tanto es importante conocer que alimentos debemos tomar en cada momento del día. Antes de entrenar debemos tomar alimentos que nos proporcionen energías poco a poco, durante mucho tiempo. Sin embargo al terminar de entrenar debemos proporcionar energía rápidamente para recuperar.
De donde obtenemos energía
Nuestro organismo obtiene energía primero de los Hidratos de carbono (Glúcidos). Desde que ingerimos un hidrato hasta que la energía llega a nuestra sangre pasa un tiempo. Este tiempo depende del tipo de alimento. Hay hidratos rápidos e hidratos lentos. Hay hidratos que tardan poco tiempo en ser asimilados e hidratos que tardan más tiempo.
El Indice Glucémico (IG)
El Indice Glucémico (IG) de un alimento, nos indica cuanto tarda nuestro organismo en obtener la energía de ese alimento. Un IG alto indica que la velocidad a la que obtenemos energía es alta. Tomamos el alimento y rápidamente obtenemos la energía. Un IG bajoindica que la energía la obtenemos poco a poco, a lo largo de mucho tiempo.
El IG se refiere a los hidratos de carbono (Glúcidos) por tanto, alimentos como carnes o pescados, grasas etc… no tiene sentido hablar de IG, porque no tienen casi Hidratos de carbono.
Los hidratos están presentes en cereales, arroz, pasta, pan, frutas, legumbre etc… y cada una de ellas tiene un IG diferente.
Se considera un IG alto un valor alrededor de 60 – 80, un IG medio 40 – 60 y un valor bajo cuando es menor de 40.
. ¿Que hidratos tomar antes de entrenar? Aquellos que tengan un IG medio o bajo, menor de 60.
. ¿Que hidratos tomar después? Aquellos que tenga un IG alto, mayor de 80.
. ¿Que hidratos tomar durante el entrenamiento? Si nuestro entrenamiento dura demasiado tiempo, maratón, prueba ciclista, triatlón etc… Necesitaremos energía instantánea, por tanto debemos tomar alimentos de IG alto y además fáciles de ingerir. Lo más adecuado, frutas y preparados específicos con mucho contenido en glucosa (bebidas o geles)
En esta entrada solo hablamos de hidratos. Una alimentación adecuada requiere un aporte de todo tipo de alimentos (hidratos, proteínas, vitaminas, agua, grasas…etc) Si queremos saber sobre nuestra alimentación antes, durante y después de entrenar, visita

miércoles, 19 de febrero de 2014

El peligro del sobreentrenamiento en el corredor de montaña

El peligro del sobreentrenamiento en el corredor de montaña

Cuando nos ponemos un reto deportivo, el entrenamiento es innegociable. Muchos son los que no lo logran por falta de preparación, pero existe la otra vertiente, pasarse de rosca y caer en el sobreentrenamiento.
Miércoles, 19 de Febrero de 2014 - Actualizado a las 08:38h.
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Un corredor durante el Tenerife Blue Trail
Un corredor durante el Tenerife Blue Trail (TenerifeBlueTrail)
  • Un corredor durante el Tenerife Blue TrailUn corredor durante el Tenerife Blue Trail(TenerifeBlueTrail)
Los corredores de montaña están acostumbrados a acumular muchas horas de entrenamiento cada semana, cada mes… Esto es imprescindible si queremos terminar con éxito nuestro objetivo, pero también hay que ser cuatelosos para no pasarnos de rosca y caer en un problema que puede causarnos graves problemas y exigirá una recuperación larga y prácticamente extenuante.
Uno de los consejos más repetidos por los entrenadores profesionales es que “el descanso es parte de un buen entrenamiento”, o “descansar también es entrenar”. Y es que el descanso del cuerpo y de la mente es básico para que asimilemos la carga de trabajo a la que hemos sometido a nuestros músculos y a nuestro sistema nervioso. Básicamente, el sobreentrenamiento se define como una afección que aparece cuando no respetamos los tiempos de descanso dentro de un plan de entrenamiento, sobre todo si este es de gran volumen o intensidad.
Uno de los grandes mitos del sobreentrenamiento es que sólo lo pueden sufrir los atletas de élite, ya que son los que dedican más tiempo a entrenar su cuerpo, si bien, aunque sean más proclives a ello, los corredores populares también pueden ser un blanco fácil, sobre todo en aquellos que necesiten altos volúmenes de preparación, como los corredores de maratones de montaña y ultra trail. Esto es así porque también hay una parte asociada al apartado mental y de stress, que puede tener mucho que ver con el tipo de vida que llevemos al margen del deporte.
A grandes rasgos, podemos distinguir dos tipos de sobreentrenamiento, tal y como apunta el Doctor Segura, de la Universidad de Barcelona. Uno se denomina “simpática, que se caracteriza por un aumento de la actividad simpática en reposo, mientras que la segunda se denomina parasimpática, que cursa con una disminución de la actividad simpática y un predominio de la actividad del parasimpático, tanto en reposo como durante el esfuerzo”. Ambas están relacionadas, al considerarse la primera una etapa que precede a la segunda.

Etapas del sobreentrenamiento

En una primera etapa de sobreentrenamiento, los síntomas suelen ser difíciles de ver, ya que se suele producir una mejora en el rendimiento deportivo, el cual creemos consecuencia del duro entrenamiento que estamos llevando a cabo. Esta etapa está marcada por la aparición de alguna lesión, normalmente de carácter muscular, que suele anteceder a la llegada de las dos etapas anteriormente mencionadas. Además, podemos llegar a sufrir alteraciones en el sueño y cambios en nuestra rutina de alimentación.
En la etapa “simpática”, notaremos cómo nuestras pulsaciones en reposo han aumentado con respecto a nuestros niveles normales, pero además de estos síntomas físicos, también pueden aparecer otros de carácter más psicológico, como una mayor irritabilidad o inquietud. Si no somos capaces de identificar el problema a tiempo, pasaremos sin remedio al siguiente nivel, el parasimpático.
En esta etapa del sobreentrenamiento, la más avanzada, entran en juego más factores mentales, como la apatía y la desgana por el entrenamiento o la competición, además de poder llegar incluso a poder sufrir depresión. También aumenta el riesgo de que suframos lesiones físicas, además de una reducción drástica de nuestro rendimiento. Llegados a este punto, la recuperación del sobreentrenamiento será realmente difícil.

Tratamiento

Al estar compuesto de factores físicos y psicológicos, el tratamiento para recuperarnos de un sobreentrenamiento en fases avanzadas incluirá procesos físicos, pero también mentales, precisamente los que más dificultad presentan para ser tratados eficazmente, ya que suelen ser mucho más subjetivos que los primeros.
Como es normal, lo primero que debemos hacer si estamos sobreentrenados es una reducción del nivel de entrenamiento directamente proporcional al nivel de sobreentrenamiento en el que nos encontremos, por lo que tampoco se descarta la suspensión total de toda actividad física si estamos en niveles avanzados, descartando primero técnicas como las series, que suelen tener un mayor desgaste. Asimismo, hay otros aspectos que debemos considerar cambiar, siendo recomendable contar con la ayuda de especialistas en nutrición y alimentación deportiva.
En el apartado mental, lo primordial será cambiar nuestra rutina de entrenamiento, aumentando la cantidad de tiempo de descanso dentro de nuestro plan, siendo muy recomendable practicar ejercicios psicológicos que nos ayuden a mejorar físicamente, además de evitar en nuestra vida cotidiana posibles fuentes de estrés, que no siempre tienen que estar relacionados con la práctica deportiva.

¿Cómo saber si estoy sobreentrenado?

Los síntomas del sobreentrenamiento se dividen generalmente en aquellos que tienen que ver con nuestro cuerpo y aquellos que tienen que ver con el apartado psicológico; los síntomas físicos incluyen  disminución en el rendimiento, cansancio excesivo durante el día, falta de interés en tareas cotidianas, dificultad en relajarse, aumento en el pulso en descanso, aumento en pulso y nivel de lactato, músculos doloridos, lesiones que son usualmente el resultado de la sobrecarga de trabajo y que no mejoran con la terapia física, náusea y malestar estomacal, falta de apetito, susceptibilidad a infecciones, especialmente infecciones respiratorias, trastornos intestinales, dificultad al respirar, temperatura corporal elevada, o dolor subcostal.
En el caso de los síntomas psicológicos, estos pueden ser alteraciones del sueño, apatía, irritabilidad, ansiedad, pérdida de apetito, dificultad de concentración, inestabilidad emocional, cansancio crónico e incluso depresión.
Pero, como siempre, la mejor recomendación pasa por la prevención en la aparición de estos problemas, si bien es difícil de ver su aparición, ya que los síntomas son distintos en cada corredor. Si creemos que podemos estar empezando a sufrir de sobreentrenamiento, debemos practicar una reducción en nuestro volumen de entrenamiento, incluir más periodos de descanso en nuestra rutina además de tomar medidas en nuestra vida cotidiana, como reducir las situaciones que nos puedan producir estrés y hacer ajustes en nuestra dieta para tener una alimentación más equilibrada.

miércoles, 5 de febrero de 2014

La hidratación del corredor de montaña en invierno

La hidratación del corredor de montaña en invierno

En esta época invernal, la hidratación sigue siendo tan importante como en otras épocas del año, por lo que nunca debemos descuidarla. Aprender a hidratarte en invierno es uno de los secretos para rendir mejor el resto del año.
Corredores entrenando en invierno
Corredores entrenando en invierno 

Llueve, nieva, hace frío, sopla el viento… Estas condiciones son las que vive cualquier corredor de montaña que esté entrenando en esta época del año. Estas variables hacen que el entrenamiento en montaña en invierno sea incluso más duro y exigente para nuestro organismo, por lo que nunca debemos de olvidar un aspecto clave que a veces dejamos de lado en estos meses: la hidratación.
Aunque nuestro cuerpo nos pida menos líquido en estos meses, lo cierto es que nuestro organismo va a necesitar grandes aportes de agua si entrenamos durante el invierno, aunque la sensación se sed no llegue a ser la misma que durante los meses más calurosos de la temporada.
Aunque las necesidades del cuerpo no son las mismas que si hiciera más calor, el ejercicio intenso precisa de una correcta hidratación. Además, aunque pueda parecer que sudamos mucho menos, lo cierto es que el hecho de llevar capas con membranas impermeables hace que nuestra temperatura corporal aumente y perdamos grandes cantidades de agua por la sudoración. A esto unimos que, en ambientes fríos y húmedos, nuestro cuerpo va a registrar una mayor pérdida de agua por medio de la respiración.
Otro de los peligros de la práctica del trail running en invierno es que no detectamos tan fácilmente los primeros síntomas de deshidratación; esto ocurre debido a un aumento en el volumen del sistema circulatorio central, que provoca que nuestro cuerpo no detecte igual de rápido las pérdidas de líquido, lo que hará que haya un retraso en el envío de señales que nos alerten de que estamos empezando a sufrir deshidratación.
Asimismo, también es necesario tener en cuenta que, al realizar el ejercicio en altitud, el esfuerzo que realiza nuestro cuerpo siempre será mayor que a nivel de mar, por lo que siempre vamos a precisar una mayor ingesta de líquidos si los entrenamientos los vamos a realizar en cotas altas.
La mayor dificultad, además del retraso en la sensación corporal de deshidratación, es que muchos corredores no son capaces de ingerir bebidas frías, por lo que uno de los trucos es llevar siempre el agua o la bebida isotónica del tiempo, lo que la hará más apetecible si estamos entrenando con bajas temperaturas.
Otra de las grandes opciones es hidratarse con líquidos calientes, que además nos aportarán una sensación de bienestar. Caldos o sopas son alternativas al agua o a las bebidas isotónicas, ya que también nos aportarán nutrientes y sales minerales, imprescindibles para realizar entrenamientos largos.
Lo ideal es, en estos meses, llevar un plan detallado de hidratación, sobre todo cuando vayamos a superar la hora de ejercicio. Este plan nos permitirá ingerir el líquido necesario antes de que sea demasiado tarde y estemos sufriendo los primeros síntomas de deshidratación.
También es importante seguir la rutina de hidratación diaria, es decir, seguir bebiendo mucho fuera de las horas de entrenamiento. Bebidas como el café o el té, que llevan grandes cantidades de agua y que son más apetecibles en invierno, pueden ser de gran ayuda. También comer frutas y verduras, que suponen grandes aportes de líquido, nos pueden ayudar a mantener nuestros niveles de hidratación corporales. Tampoco te olvides de sopas o caldos, que además de alimentarnos, nos ayudarán a seguir tomando líquidos en la época en la que menos nos apetece tomar bebidas frías.
La deshidratación en invierno nos supondrá, al igual que en el resto de las épocas del año, una merma importante en nuestro rendimiento, tanto en entrenamiento como en carrera, por lo que es importante cuidar nuestros niveles de líquidos, ya que es en invierno cuando, de media, menos se bebe. Recuerda, una buena hidratación en invierno es tan importante como el resto del año.