miércoles, 24 de abril de 2013

Correr y Morir.

Correr y Morir. NO ES JUSTO

                                                                         Correr y Morir. NO ES JUSTO
Muerte y Maratón son palabras que con demasiada frecuencia están saliendo juntas en los medios de comunicación. Este no es un post para valorar el motivo de las muertes de atletas populares en maratones o pruebas de mayor distancia. Ni para criticar a los medios que solo se acuerdan de nosotros cuando “hay morbo” en la noticia, ni si quiera para preguntarnos el porqué un deporte que agrupa miles, cientos de miles de personas cada fin de semana no tiene el apoyo institucional y social que otros, este post no va de eso.

Bueno sinceramente un poco si que estoy criticando pero no es el tema principal del que quería hablar, así que volviendo al principio…
Muerte y Maratón son palabras que con demasiada frecuencia están saliendo juntas en los medios de comunicación, tanto que incluso pueden llegar a crear un efecto ordinario que ya no las convierta en noticia pero lo acontecido el pasado lunes en Boston sobrepasa cualquier situación imaginable.

Sí, ya lo sé, en el mundo miles de personas mueren cada día por hambre, sed, guerras injustas, etc y no nos acordamos más que para Navidad pero una vida es una vida y tiene el mismo valor seas de donde seas por tanto una cosa no hace que la otra sea,también, igual de trágica y repugnante.
Ayer cuando me enteré de la noticia no podía creerlo, no podía dejar de mirar la televisión (extranjera claro, hasta que en MARCA TV alguien le puso criterio y profesionalidad al asunto) twitter, facebook, CNN, twitter, twitter, twitter, CNN, … noticias, rumores, mentiras, trágicas realidades, fotos macabras, … un sinfín de información, dramática información, que me dejo un mal cuerpo increíble. Lo que ningún guionista loco de Hollywood había pensado estaba pasando.

Siete de la mañana el día que amanece lo hace con su mejor cara, sol espléndido, suave temperatura,… las mejores condiciones para un rodaje matutino que transcurría con relativa normalidad, aunque dando vueltas a lo sucedido en Boston,  hasta que por la radio escucho que entre los fallecidos hay un niño de ocho años que había ido a esperar a su padre a la meta … Dios NO! … no he podido correr más, todo se ha venido abajo. Sí, es una noticia que contada así es digna del periodismo más sensacionalista pero si has corrido una Maratón o has ido a recibir a alguien a una sabrás que la meta de una Maratón es una fiesta familiar y más cuando han pasado cuatro horas del comienzo de la misma, cuando los atletas más populares, los héroes de esos niños y de esas familias que esperan diligentes e impacientes, van llegando a meta.
Si has corrido una Maratón, no te voy a contar que la gasolina, la mano que te ayuda y te empuja cuando tras más de tres horas corriendo quieres dejarlo todo y volver a casa en Metro son ELLOS, la familia, los amigos, tus hijos… los que te esperan en Meta, los que te admiran, los que hacen que esta bendita locura de correr tengo sentido.

Si has corrido una Maratón seguro que ahora te vienen a la cabeza miles de recuerdos, de flashes, de momentos y todos, absolutamente todos, a buen seguro que son positivos. Risas, lágrimas de alegría, amistad, unión, en definitiva, de felicidad a pesar de que tu cuerpo te este maldiciendo por el maltrato al que le has sometido. Ya no recuerdas las agujetas, los tirones, el dolor del isquio que siempre esta ahí para recordarte que nunca estiras lo suficiente. Eso ha quedado atrás, por debajo de los abrazos, los besos, la alegría, la gloría de aquellos que nunca ganaremos nada pero que somos unos verdaderos campeones.

No es justo, correr es, debería ser,  sinónimo de salud y de vida. Prepararse y correr una Maratón (da igual el tiempo, da igual si no lo acabas) es sinónimo de constancia, de trabajo, de esfuerzo,… de adjetivos, de conceptos, que atribuidos al ser humano transmiten “buenas sensaciones”.
Por tanto, no es justo que un niño muera (que nadie muera) porque su padre hace algo tan banal e inocente como correr. Boston queda lejos, muy lejos, pero hoy lo siento muy cerca. No sé el nombre del padre, ni del niño, no lo quiero saber, este post no va de eso.
Lo de ayer es una putada muy grande, la vida está llena de ellas. Debemos, estamos obligados, a continuar y tirar para adelante pero
¡¡ME CAGO EN LA PUTA ¡! NO ES JUSTO.